Son muchos los beneficios de acelerar la electrificación de la energía más allá de la descarbonización de la economía, necesarios para reducir las emisiones y poder respirar aire limpio en nuestras ciudades. En el contexto actual de reactivación de la economía tras la crisis sanitaria y social del Covid-19, uno de los impactos positivos más relevantes es la creación de empleo.

Un estudio de la Agencia Internacional de Energías Renovables (IRENA) muestra cómo el sector de las energías renovables podría generar hasta 6 millones de puestos de trabajo en todo el mundo. Esto significa que, si se aprovecha la recuperación de la crisis del Covid-19 para acelerar la transición energética, las renovables crearían una cantidad de empleo hasta tres veces superior a la generada por el sector de los combustibles fósiles.

En el sector eólico, unas 480.000 personas tendrán que formarse de 2021 a 2025 para satisfacer la demanda de servicios como la elaboración de previsiones de mercado, según un nuevo informe del Global Wind Energy Council (GWEC), la Global Wind Organization (GWO) y Renewables Consulting Group (RCG). Medio millón de personas, según el estudio, necesitarán ser agregadas a la fuerza laboral existente formada por los estándares de GWO en los próximos cinco años para satisfacer la demanda del mercado eólico global de una manera saludable y segura.

La formación de este número extra de trabajadores será fundamental en ámbitos como la construcción, instalación, operación y mantenimiento de la cadena de valor de la energía eólica, que se suman a otros segmentos del sector más intensivos en mano de obra como la fabricación de aerogeneradores.

En España, dentro de las estimaciones del impacto económico del Plan Nacional Integrado de Energía y Clima PNIEC 2021-2030, se estima que en la próxima década, las inversiones en energías renovables podrían crear entre 107.000 y 135.000 empleos netos. Las inversiones en ahorro y eficiencia energética, por su parte, generarían entre 50.000 y 100.000 puestos de trabajo para 2030. También se estima que el cambio de modelo energético hacia un sistema más sostenible podría suponer la creación de unos 120.000 empleos indirectos, y las inversiones en redes, unos 50.000.

La transición energética a tecnologías limpias generará nuevos puestos de trabajo que requerirán nuevas relaciones intersectoriales, nuevos modelos de negocio y el desarrollo de nuevas soluciones sostenibles. En sectores como el transporte, por ejemplo, se espera que la electrificación alcance hasta 23.000 nuevos empleos directos.

Toda crisis esconde una oportunidad, pero hay que estar preparado para aprovecharla. La llegada de fondos de la UE de próxima generación para paliar el impacto de la crisis provocada por la pandemia es una oportunidad para transformar el sector de las energías limpias en nuestro país y crear empleo de calidad que contribuya al desarrollo de una economía más resiliente con una perspectiva de futuro. La electrificación con tecnologías maduras y bien establecidas como la eólica es la forma de afrontar la recuperación post-covid en verde y construir una industria competitiva y fuerte que beneficie a todos.